Este fin de semana una vez más Madrid se vestirá de bullicio y alegre y reivindicativo. Pero doña Ana Botella, no puede ser otra, tiene que poner veto a la alegría y a la reivindicación, el motivo que seguramente su dios no se lo permite.
Ahora la señora Botella con motivo de la celebración del día del Orgullo Gay en Madrid, prohíbe que en la fiesta los decibelios superen la barrera de los 55 decibelios.
La Alcaldesa de Madrid, no debe ser la alcaldesa de todas las personas que viven en el Municipio de Madrid. Nadie puede entender la prohibición de no superar los 55 decibelios en una fiesta.
Señora Botella para el pregón del día del orgullo gay, ya que no lo puede evitar, pone muchos obstáculos para que se pueda celebrar en paz. Lo mismo debería hacer la señora alcaldesa, cuando por el Paseo de la Castellana pasean los militares con su vehículos, caballos, motos, tanques, etc., etc.
Pero no, la señora Botella se calla. Señora Botella es mucho más peligroso el ruido de las armas que el de un pregón y sin embargo a los militares no les prohíbe su desfile, por qué será.
En fin una vez más que nos quieren bautizar sin preguntarnos.
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